Si abraso con mi abrazo,
si aqueja este lamento,
será quizás el viento
quién traiga otro retazo
del beso que has sembrado
en mi alma de azotado.
Y si mi abrazo abrasa,
si mi lamento mella,
será quizás la estrella
quién done de su brasa
y encienda nueva hoguera
en mi alma de quimera.
Y si este verso hiere
la luz de tu intelecto,
tú piensa si es más recto
el que ama porque quiere
o aquél que se atesora
tu gracia de señora
cual fuera otro trofeo.
-De su soberbia es reo-
(Amor; tiendo mi mano)
Tú piensa si es más sano
querer porque se quiere
y amar lo que se muere
o darse por promesas
hipócritas y aviesas.
Pues yo tiendo mi mano
y te hago de villano
-Saludo necesario-
y al lomo de un Rosario
me voy tejiendo cuitas
dejando las bonitas
virtudes de tu ayer
talladas a mi ser
sellando este querer…
¡Volviendo sin volver!