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miércoles, 18 de marzo de 2020

La estufa

Pequeños pedazos de fina madera
que quema la estufa pariendo calor
cubriendo los sueños con todo el amor
que vierte caricias en tu cabecera.

La llama se aviva, la llama ligera
se crece con creces, calienta mejor
calienta la sala y su alrededor
Gracias a la estufa el frío queda afuera.

Adentro parece un día tropical,
invierno de espanto no causa pesar
ni el gélido frío nos puede abrumar.
Gracias a la estufa la vida es genial.


Penelope


Es que yo soy mujer y dama y tu señora
y tengo sentimientos, ¡y eso es aquí y ahora!
¿Y mis necesidades?, ¿qué pasa con aquellas?
yo soy más que un adorno de entre tus cosas bellas

¿Creíste que estaría diez años sin marido? 
¡Diez años sin un clavo que se hunda en mi tejido!
¡Diez años sin la mirra vertiéndose en mi piel!
¡DIEZ AÑOS SON; ULISES! ¿Diez años siendo fiel?

Vinieron a palacio los reyes y bandidos
con joyas y regalos, con músculos tendidos
a mis hermosos pies. ¡Oh cuánta tentación
delante de estos ojos que ardían de pasión.

La carne débil es, mis senos consagrados pedían una mano sobando sus pecados
mis muslos casi hervían, mi sangre borbotante
cedió más de mil veces ante un guerrero errante.

Mis labios; como el fuego, ardían al no verte
y en otros labios fueron dejando beso inerte.
Oh cuánto te esperé mi Ulises ausentado
mas nunca le entregué mi cuerpo a un nuevo amado. 

Porque no soy de piedra; porque yo soy la dama
que quiere que su amor la abrigue ya en su cama.
Porque yo soy mujer y búllenme en las venas
la sangre y la emoción , mis ansias y mis penas...

Si no regresas pronto no sé qué pasará
la carne es débil ¿sabes?, mi piel no esperará
Porque yo necesito caricias y calor
y besos que me niegas, mi descuidado amor...

jueves, 12 de marzo de 2020

Despedida



Lloraré mar de penas por tu lúgubre ausencia
y será noche oscura ante el sol amarillo
Tú serás un recuerdo que golpea y golpea
yo seré ese lamento que se esconde y se oculta.

Yo seré esa mudez que se miente y no gime
tu serás compasión, pena y lástima viva.
Cuando se abra la puerta de mi triste morada
partirás sin regreso, sin voltear para atrás.

Las estrellas que brillan en mi noche cansada
trocarán en oscura energía manifiesta
Yo seré taciturno y menguante y sereno
tú serás esa rosa que dejó sus espinas
en mi huerto clavadas sin dejarme su olor.

Hoy te vas de mi casa y que Dios te acompañe
Hoy me quedo en silencio, soledad a mi lado.
Y aunque duela parejo esta cruel despedida
lloraré desde adentro sin mostrarte mi herida.

Las cuitas



No hay selvas ni montes ni mares
ni cielos vestidos de azules
no hay rojos ni malvas ni gules
que puedan llenar tus altares.

No hay ni oro ni plata ni sedas
ni prendas, regalos ni flores
no bastan todos los colores
que puedan ceñir tus veredas.

No encuentras la paz que serena
en gemas o en piedras preciosas
No importa cuán sean hermosas
las joyas si luego dan pena.

Y el llanto que moja y que brillas
es claro compás de emociones
es dulce clamor de pasiones,
rocío que adorna mejillas.

Las cuitas son sólo enseñanzas
que vuelven más blando y más pío
al verbo que es gota de río
fluyendo hacia un mar de esperanzas.