Tu rostro omnipresente está en las callejuelas,
y desde los balcones saluda en tus miradas
tu rostro luminoso alumbra los faroles
de calles empedradas y bares somnolientos.
Y llegan con los vientos tus ojos de guirnalda
traen besos de alhelí, traen sueños por fragancia
traen todas las caricias trenzadas por un mundo
tan pleno de sonrisas y lleno de palmadas.
Tu rostro emocionado regresa a mis ocasos
siguiéndole los pasos a nubes veraniegas
y vuelan los abrazos y llueven los lamentos
por sombras palaciegas sirviendo nueva aurora.
Tu rostro rutilante se ha vuelto casi opaco
tejido en el olvido
tu rostro ya se ha ido...