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lunes, 7 de enero de 2008

El dolor que camina en cuartillas .

El dolor que se avecina 
y que el ánima me apaga
 es un dolor que camina 
bajo la luna aciaga. 

 Es un dolor que me bulle,
 es un dolor que me brama, 
que se acerca y que me huye
 desde el alba hasta la cama. 

 Este dolor que me aúlla,
 este dolor que me gime
 me sacude, me arrulla, 
me aplaza y me exime... 

 Es un dolor que se enciende 
en la ruta equivocada,
 cuando la vida se emprende
 hacia el centro de la nada. 

 Es también la guillotina
 esperando a ser soltada, 
es la esperanza asesina... 
es mi cabeza cortada. 

 Es la inocencia perdida,
 es la certeza bandida 
en los goces de clavadas 
aspiraciones ajadas. 

 Y es también la coartada 
del misterio de la noche, 
es la palabra delgada 
de tu silencio fantoche. 

 Es acaso la cadena, 
el grillete, la atadura, 
el silencio de una escena
 inquietante e insegura.

 Es tu silente mirada 
este dolor que germina
 desde el fondo de la nada, 
que a mi alma contamina. 

 Es un silencio de dagas, 
es un silencio de espinas, 
es un dolor que camina 
sobre el filo de una espada.

De Damocles es la espada
que se cierne sobre sienes
cuando surgen los vaivenes
de una vida destrozada. 

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