El poder de mi euforia incomprensible
surge desde las honduras de mis viejas letanías.
La hiperactividad que me aprisiona
nace de la tranquilidad de mi apatía.
La risa histérica que a ratos me estremece
se activa ante el perpetuo duelo de mi sima.
-Dagas y alfileres-
-Espinas y puñales-
Un frenesí inverosímil
irrequieto y tergiverso
a veces me provoca escalofríos
y el chacal me devora desde adentro
y el turpial ya no trina su silencio
y la lluvia se hace llanto irreparable
y mi llanto se hace lluvia invisible,
manifiesta y apacible y mordaz.
Mi sonrisa es la charada del vacío,
mi vacío es la cubierta de la nada…
-Hondonadas abismales-
-Fraudulentas cavidades-
La etiqueta que me he impuesto a domicilio
y esclaviza mi alegría tibiamente
con grilletes y cadenas
por lexemas y vocablos
y morfemas inconexos…
La etiqueta que inclemente aterroriza
condenando a ilusiones y aspavientos
mi existencia degollada y dividida
reza:
BIPOLAR
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