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martes, 5 de octubre de 2010

Dolor

Dolor aglutinado angustiado inhibido afligido y contrito
dolor clausurado en las cuevas entre estalactitas y estalagmitas
y bóvedas que descienden lentamente sobre las cabezas calvas
Dolor forajido abollado silenciado por lágrimas ausentes
y nudos de sogas y sogas de llanto en gargantas obstruidas por palabras mudas.

Dolor de ballena y de aceite de ballena y de pescador y de cardumen
dolor de venado y de cazador y de presa y de lobo y de oveja y de rebaño
dolor de cuernos invisibles pero abrumadores
Dolor furibundo iracundo nervioso rabioso
dolor de sangre que tiñe con tinta rosácea
los gritos de venganza de las páginas de la historia

Dolor agónico silenciado abnegado ahogado defraudado
dolor de viudas y de huérfanos sin memoria ni mañana ni deseos ni esperanzas
dolor de hormiga cargando el mundo a cuestas sin apoyo y sin ayuda
Dolor vehemente, arraigado, atroz, cadavérico y maloliente
Etéreo aroma  sanguinolento de pesadillas en plena vigilia:
Despiertan nuevamente los hórridos monstruos las calaveras los sarcófagos
los ataúdes los féretros las tumbas  las lápidas de las tumbas y sus siniestros epitafios
y todo se conjuga en un dolor tan sereno y tan cruel y tan divertido y tan funesto
como es el dolor que camina sobre el filo de una hojilla,
sobre el borde de una espada
un dolor de espinas que se crecen y se crecen...
hasta mutar en asesinas dagas

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