Ah rencor malvado
que ahogas a mi princesa
con pericia y con destreza
en un lagrimal salado.
Ah rencor cargado
de culpa y vergüenza tiesa.
De los pies a la cabeza
degüellas todo lo amado.
Ah rencor olvidado
que regresas nuevamente
con tu astucia inclemente
a dañar lo desahuciado.
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