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lunes, 7 de enero de 2008

El dolor que camina en sonetillos.

Este dolor que camina
bajo la luna aciaga
es un silencio de daga,
es un bullicio de espina.

Este dolor contamina
como la llama que apaga
esa sonrisa tan vaga
cuando el agua discrimina.

Es un dolor que me brota
como fuente envenenada
desde un sueño de gaviota

aturdida en la explanada;
es tu engaño gota a gota
que erosiona mi alma ajada...

II

Este dolor acechante
que descubre su costado
es el gemir del venado,
es su herida palpitante.

Este dolor agobiante
huidizo y asustado;
de fogueo inusitado
es conflicto despernante.

Este dolor que navega
por la sangre de mis venas
es la hórrida refriega

en un torrente de penas,
es mi esperanza que anega
en tu embalse de condenas..

III


Esta remembranza ignota
es una flor deshojada,
es la tortura ensañada
de tu recuerdo que explota.

Es tu egoísmo que implota
en una tarde cansada,
es tu venganza pausada
vertiéndose gota a gota

sobre una semblanza ajena.
Es un dolor de cayena
de abedul y de cerezo

encendido por un beso
que se guarda en la alacena
como una sacra condena.

IV

Este dolor que se mueve
sobre el filo de una espada
es frío de una nevada
que de tus ojos me llueve.

Es el grito que conmueve
con las lágrimas del hada
que desde la fogarada,
ni nos mira ni se mueve.

Este dolor que deambula
sin ropajes y sin alas
es un enjambre de balas

que impunemente circula
con intenciones muy malas
y el ropaje de una mula.

V


Este dolor que respira
es un llanto de baladas
que se endeuda con tonadas
de sonetos y de lira.

Este dolor que agiganta
mis tormentos y mi cuita
es una cara bonita
con una mente que espanta.

Este dolor trepidante
es la llegada acuciante
de un amor desesperado

que; enseñando su costado
se recuesta a toda hora
en larguísima demora.

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