Añicos en el suelo, añicos en el alma,
añicos esparcidos por tierras hoy en calma.
Añicos que recuerdan querellas del pasado,
retazos de un adiós: ¡dolor despedazado!
Pedazos de mil vidas, no siempre ilusionadas,
son trozos de memorias, de sueños de cascada.
Añicos en el piso, añicos en la mente;
retazos de un ayer que vuelve inconsecuente.
Añicos esparcidos regresan en tropel:
enjambres de rencores que bajan de Babel;
pegándose a mi cuerpo, rasgándose en mi piel.
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