Mendigando caricia, por el orbe viaja
y mientras trabaja con notable pericia,
le invade la avaricia al encontrar una caja
repleta de desmanes, repleta de ironías.
El vende fantasía, nostalgias lejanas
pasiones fortuitas y algunas poesía
alienada y vacía.
Su nombre es apego,
si te lo encuentras
nada le compres,
pues al quitarse la mascara de amor
que blasona con horror
muestra su verdadera identidad
Odio... Esa es su verdad...
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